Mi existencia reflejada en los espejos cóncavos del Callejón del Gato

viernes, 12 de marzo de 2010

Las cigüeñas de Bellavista

Hoy he vuelto a ver a las cigüeñas de los cuarteles abandonados de Bellavista. Cuando pasas en bici y ellas vuelan un poco bajo te puedes dar cuenta de su magnifica envergadura. Hasta donde yo sé las cigüeñas son aves migratorias que pasan el invierno en zonas cálidas. Se unen en pareja durante toda la vida, y vuelven siempre a su mismo nido. Supongo que a las de Bellavista nadie se lo explicó, y no se acordaron de ir a África, y están ahí perennemente. Tampoco sabrán (nadie se lo ha debido contar todavía) que toda esa zona de cuarteles será derruida para hacer más casas, más suelo terciario. Para más bloques de hormigón, en suma. Supongo que plantearse reconvertir esos cuarteles en espacios culturales juveniles, o hasta en botellódromo, es exigirle demasiado a los políticos. Compartimos con otros animales las bases del razonamiento. Así no debe sorprendernos descubrir que los políticos razonen menos que unas cuantas familias de cigüeñas que se negaron a migrar.
Pienso todo esto mientras vuelvo. Estoy un poco trastocado. Últimamente me han llamado sereno, serio, triste no, melancólico. Y hoy (ayer en realidad) me han llamado lúcido. Me siento alagado, perplejo. Se me lee y con eso puedo sentirme bien. Pero ¿me estaré haciendo viejo realmente? Sereno y lúcido. Tshit. Y ahora me da por pensar en las cigüeñas. Y criticar a los políticos.
Y recuerdo un artículo de Javier Marías. Las cigüeñas son aves protegidas. Cuando tiren los cuarteles ¿qué pasará con esos nidos, a los que las cigüeñas siempre vuelven? Me imagino que alguien habrá pensando en eso. Aunque conociendo a la clase que dirige estas cosas… en el artículo de Javier Marías se llegaba a la conclusión que sólo la Guardia Civil del Seprona se preocupa en la práctica de los bichos protegidos. Que ironía. Los cuarteles abandonados de la Guardia Civil sirven de cobijo a las cigüeñas hasta que sean desalojadas y si no es la propia Guardia Civil, no sé quién se acordará de sus nidos.
Y pienso todo esto. Y pasan sobrevolando. Y sigo confuso. ¿Buscan las cigüeñas, como nosotros, apoyo en las relaciones afectivas? Según parece, el entramado afectivo que nos rodee es la base para resistir los avatares (:)) del destino. En ello se incluirán, supongo, las nuevas redes sociales, se comporten como se comporten, y los blogs. El notar, siquiera sea de lejos que hay gente que lee estas cosas, reconforta. Mañana hay reunión teatrera. Relaciones afectivas.
Tengo que escribir todo esto. Aunque no se si reconfortará al que lo lea.
Apostadas en las almenas, las cigüeñas, míticas, observan el tráfico desde arriba, ajenas a su futuro. Ajenas a todo esto.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Reunión teatrera

Esto del blog tiene una desventaja. Si quieres contar varias cosas que no tengan relación entre si, y que hayan sucedido al mismo tiempo, pues… o sale un mensaje muy largo, y no se lee, o haces varios mensajes y lo que primero que publiques ya no se lee. En el supuesto que el blog se lea. En fin.
La mañana de hoy terminó muy bien. Me encontré al llegar al instituto que había tenido una llamada al móvil. Como iba en moto no la pude contestar. Era de Dani. Que quería reunir al grupo teatrero. A los llamados “amigos del teatro”. Invitaba el sábado en su casa y casi todos estaban avisados. Yo estaba pendiente de comprobar si el sábado teníamos enredo en casa. Al final no, y podemos ir.
Hace un montón que no reunimos a todo el grupo. Todavía no se si estaremos todos, porque cuando hablé con Dani, Kiko todavía no había sido localizado.
Pero el tema es que aparte de vernos, van a ser anunciados (a menos que lean esto, mamones) de que al fin se ha podido digitalizar la grabación de Dios de 1990. Formaba parte de mis new year's y todo eso...
Pero solo eso, porque la edición está en preparación. Será una edición con material adicional, menús interactivos, extras… que todavía no está disponible. Cuando esté, será la excusa perfecta para una nueva reunión: haré copias para todos, y visualizaremos la edición especial coleccionista…
Hasta entonces, la edición normal está descatalogada. Como E.T.

Melancolía

Resulta que Mari Carmen también encuentra que soy melancólico. Pero no triste, melancólico, así callado, serio, como yo soy; que escribo como en realidad soy. Con esa idea no parece estar de acuerdo Eva, que dice que no cree que escriba como yo soy, sino que ese es mi estilo escribiendo.
Al parecer tengo estilo escribiendo. Ya es algo. Aunque creo que este no va a ser el escrito más recordado.
Decido buscar melancólico en el diccionario, porque el otro día oí hablar de melancolía a una periodista en torno a declaraciones del Presidente del Gobierno, y me siento confundido. A ver si al final no voy a saber como soy, aunque tenga estilo escribiendo…
Según el drae, melancólico viene a ser “tristeza vaga, profunda, sosegada y permanente, que hace que no encuentre quien la padece gusto ni diversión en nada”. Así pues debo entender que Mari Carmen se refiere más bien a lo sosegado de mi carácter. Es cierto que escribiendo, como es un proceso más reflexivo, y la reflexión siempre me lleva a lo mismo, resulto un poco mas así, melancólico. Pero ¿incapaz de encontrar gusto ni diversión por nada? Hombre, yo en persona trato de divertirme con casi todo. Otra cosa es que pillarse con la cremallera pueda ser divertido, si te pasa a ti. Si le pasa a otro… aahhh.
Yo creo que tras la melancolía con la que escribo siempre deslizo un halo de humor, aunque sea cínico.
Hoy María Moliner tampoco disipa dudas. Aunque generalmente resulta más clara: propensión a la tristeza. Esta quizá sea más cierta. Pero que conste: no soy un triste. A decir del diccionario, soy sosegado. Eso no quiere decir viejo ¿no? ¡Que estoy haciendo 23 abdominales superiores perfectas en 20 minutos!
¿Tengo cuando escribo propensión a la tristeza? ¿Estoy triste y por eso escribo? ¿Tengo estilo si escribo melancólicamente? ¿Te gustan las películas de gladiadores?

Revision "resolutions"

Hoy tenía la intención de haber ido a desayunar a Starbuck en moto, y desde allí escribir esta entrada. Examinar las “Resolutions”. El día en Sevilla hoy está para ello, y además luego tenía que mirar algunas cosillas.
Pero a la vuelta de dejar a los niños en los coles –las 9:20– ya llevaba dos horas en planta y la tabla de abdominales de Billy Blanks completada (ya llego a los 45 minutos sin necesitar asistencia médica posterior, aunque de vez en cuando me paro durante la realización) Además: vestir a los niños, desayunarlos y llevarlos a los coles. Total, que como todavía me quedaban cosas que hace en casa, se me iba a hacer muy tarde y el hambre acuciaba. Así que he decidido desayunar aquí, y salir después de compras, antes de mis clases de hoy.
Escribir
De momento sigo escribiendo. No puedo escribir todos los días, porque hace falta tiempo, y hay otras muchas cosas que hacer. No solo obligaciones: ayer, que salió el sol, nos fuimos a patinar con los niños. Pero llevo más o menos los dos blogs. Y todos los días pongo algo en el Twister que se pega ahí al lado. Estoy escribiendo también relatos (más bien reflexiones) más largos, que no creo que sea para publicar aquí. Ya veremos.
Ejercicio
De momento me he comprado en Decathlon dos pares de zapatos de deportes; unos para correr y otros para jugar al futbol sala. No juego al futbol desde que hace unos cinco años, después de un partido tuve una contractura en una costilla que me tuvo inmovilizado cuatro días. Pero me he comprado (también en Decathlon) un balón amarillo con el que juego con mis hijos, y ya lo he embarcado una vez, en el hospital de Mapfre. De correr mejor no hablamos. Utilizo los zapatos para hacer la tabla de ejercicio que realizo tres veces por semana, los días que Eva se levanta pronto y yo entro un poco tarde. No sé si con la tabla que hago en realidad adelgazo mucho más. Pero me noto más ¿en forma? Ahora bien, Mari Carmen sí que me encuentra cada vez más delgado. No se si será cierto, pero la verdad es que potencia la débil voluntad.
Demás
No toco el saxofón. No le consigo poner un hueco habitual.
Lo de no comprar más cds, dvds, o libros… ya he pecado. Tengo varios encargos pendientes de llegada. Eso si, son de segunda mano. Y hago lo posible por ponerme al día en cuanto a las pelis pendientes por ver, y cds por escuchar, pero esto último… teniendo en cuenta que Paco me hace envíos con mas albumes…y los qaue tengo pendientes…
Y de las digitalizaciones de audio y video tengo casi todo el material preparado. Estoy solo a falta del “maquinón” que me va a proporcionar Carlos. El está a la espera de otro más grande todavía.
Y me voy, que voy a aprovechar el solecito. Mañana llueve.

sábado, 6 de marzo de 2010

Más allá de los sueños

No pensaba Miguel Cisneros lo que su “experimento en red social” se iba a extender. O quizás sí: “nunca se sabe quien puede estar leyendo” es una de las frases que una vez me regaló Miguel como base de trabajo en Internet. Y no sólo en Internet.
El caso es que mi anterior entrada (Mis sueños), escrita bajo la influencia del experimento propuesto por Miguel, ha ido teniendo sus propias repercusiones. He tenido repuestas de correos, llamadas, ¡y hasta un comentario! Todas las respuestas y comentario los agradezco enormemente. He recibido reflexiones muy interesantes sobre los sueños en el sentido de proyectos, deseos, o como quiera que se desee definir. A estas alturas ya sabemos de qué hablamos.
Hay quien va cumpliendo sus sueños, quien espera cumplirlos, o cambiarlos por otros. O los desarrolla al día. La conclusión global (generalizando y resumiendo mucho. Perdonad) es que los sueños deben articular el devenir diario, que cada día se acerque de algún modo a lo que queríamos vivir, sin necesidad de una meta tan determinada como la consecución de un objetivo. Aunque también hay que tener objetivos concretos a corto o largo plazo, tengan o no probabilidades de cumplirse. Como bien dice Antonio, esos sueños que no se cumplieron también forman parte de uno mismo, moldean tu personalidad. En mi caso, es posible que si se hubieran cumplido fuera una persona distinta, que incluso me gustara menos de lo que me soporto ahora.
Pero en esas respuestas y reflexiones he notado que he debido transmitir cierto tono melancólico. Supongo que hablando de sueños no cumplidos es normal. Aun así le pregunto a Eva y dice que mis escritos tienen un tono melancólico. Pero no ahora; de siempre. O sea, que soy un triste. No, pero los escritos… tienen ese tono…
Quien no me conozca en persona y me lea (eso sí que sería una sorpresa, algo que agradecería a los dioses con más intensidad de lo que ya agradezco a los que me conocen y aun así me leen) debe sacar entonces esa conclusión. Pero claro a lo mejor es por ese tono melancólico por lo que precisamente me lee. En fin…
Aunque es posible que el escrito tenga ese tono, el día de hoy siga siendo gris, y tenga mis momentos tristes, quiero buscar lo positivo, guiado por todos esos mensajes. Sí, es cierto que determinados anhelos nunca llegaron a cuajar del todo. Pero otros sí. Y si además miro hacía atrás, lo que me encuentro son los pequeños hechos del día a día que me hicieron pasar un buen rato, independientemente de los “sueños”. Y recuerdo entonces una frase de John Lennon que viene al pelo, muy utilizada pero muy mal citada. Voy a citarla bien, a ver si sirve de precedente: pertenece a la canción “Beautiful Boy” compuesta para su segundo hijo, Sean: Life is what happens to you while you’re busy making other plans. (“La vida es lo que te sucede mientras estas ocupado haciendo otros planes”. Si cambiamos “planes” por “sueños”, ya está dicho todo)
Así pues, en realidad, mientras escribo esto, sueño arriba, sueño abajo, escribiendo cumplo unos de mis New Year’s Resolutions, que no se si serían sueños, proyectos o qué, porque, de hecho los New Year’s Resolutions se hacen para cumplirse. Pero es que escribiendo también cuento cosas, que resume buena parte de lo que más me interesa del mundo del cine y del teatro. Y no digamos si, como en el otro blog (las 25 mejores, perdon por la publicidad, pero…) escribo sobre cine, teatro, y música. Sobre todo ahora, que "incrusto" videos de you tube para ilustrar de lo que escribo. Es genial.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Mis sueños

Miguel Cisneros, un inquieto impenitente a quien tuve la suerte de conocer por nuestro común interés por el teatro, ha realizado un curioso “experimento en red social”, lanzando una pregunta por sus contactos de tuenti: “¿Cómo van tus sueños?”. El resultado, que podéis comprobar aquí, resulta curioso, y, por momentos, sorprendente. Personalmente, lo que más me llama la atención es que haya habido tan poca gente, según cuenta Miguel, que identifique el término “sueños” con el significado de “ilusiones” o “proyectos”. Quizá, ante una pregunta directa y personal, formulada a contactos a lo mejor no tan directos o personales, y cuya respuesta podría ponerse escabrosa o melancólica, el personal prefiere escurrir el bulto y salirse por la tangente.
Como yo no estoy en tuenti, no fui preguntado (no se si por fortuna), y no se me planteó la disyuntiva. Creo que hubiera contestado: casi siempre contesto los mensajes de Miguel. Pero no sé en que sentido. Lo cierto es que me hubiera hecho cavilar. Como estoy haciendo ahora. Y ya que estoy, llevado por mis cavilaciones, y aun a riesgo de ponerme “melancólico”, reviso mis “sueños”.
Si uno busca en Google “sueños” las primeras entradas se refieren a la interpretación de los sueños, en el sentido de la actividad cerebral desarrollada mientras se duerme. No es extraño, después de todo, buena parte de las respuestas recibidas en el experimento. Así que mejor acudo al diccionario. El Drae resulta tajante en su sexta acepción: “Cosa que carece de realidad o fundamento, y, en especial, proyecto, deseo, esperanza sin probabilidad de realizarse”. Joder. Pues que mal. Muchos de mis sueños no se han realizado, pero hubo probabilidad. Quiero pensar que aun la hay. Pero claro, esta definición es una entelequia imposible: si se cumplen es que entonces no eran sueños. Con lo que siempre van bien si no se cumplen, porque si se cumplen dejan de serlo. Acudo a María Moliner. Ella sí da un poco de cuartel en su quinta acepción: “Cosa en cuya realización se piensa con ilusión o deseo”. En fin, ilusión y deseo por realizarlo. Esto sí.
Podría decir que a estas alturas de mi vida (para muchos lectores -¿?- mi edad es un secreto de estado, aunque mirando por ahí es fácil de deducir) es el momento de hacer balance y todas esas cosas. Pero en realidad yo estoy siempre comiéndome el tarro y haciendo balance, así que este es tan buen momento como cualquier otro.
¿Cómo van mis sueños? Mi sueño más evidente para todo el que me conozca tiene que ver con el cine y el teatro. En realidad con contar historias y vivir e imaginar otras vidas. En los New Year’s Resolution de hace unos días no había nada de esto. Pero si surgiera la posibilidad, lo dejaría todo aparcado. Desde luego.
Hacer balance de mis cosillas de cine y teatro resulta… ¿melancólico? ¿el pudo haber sido y no fue?... No es plan enumerar. Simplemente creo que puedo decir que en algún momento llegué a jugar en la segunda división del mundo audiovisual, tuve alguna oportunidad de jugar “con los grandes” que no cuajó, y la ilusión y las posibilidades se las fue llevando el tiempo. Bruscamente en alguna ocasión. En teatro he jugado en casi todas las categorías, manteniéndome durante mucho tiempo, con interrupciones, en categorías juveniles.
Y también puedo decir, y que no suene a fantasmada, que sé de cine y teatro a todos los niveles (historia, técnica, música…) más que la mayoría de las referencias que encuentro por esas páginas, blogs y mundos de dios. Y que por eso abrí un blog donde contar cosillas de cine. Las 25 mejores. Pero con tanto blog, tanta gente escribiendo por ahí, aunque sea de forma menos precisa, da cierta pereza. Lucho contra ella, pero también aparece en mi contra la falta de sentido de todo este trabajo, y me dejo llevar por la desidia. En fin…
Otros sueños (¿proyectos? ¿Se pueden cumplir y seguir siendo sueños?) van mejor; otros sí que se cumplieron (¿Ya no son sueños?) Pero de eso escribiré otro día, que hoy ya llevamos bastante.
Para terminar solo se me ocurre una frase de cine, un tanto conciliadora:
Los viejos sueños eran buenos sueños. No se realizaron, pero me alegro de haberlos tenido. No se bien que significa, pero…
Robert Kincaid (Clint Eastwood)
Los puentes de Madison