Mi existencia reflejada en los espejos cóncavos del Callejón del Gato

miércoles, 3 de marzo de 2010

Mis sueños

Miguel Cisneros, un inquieto impenitente a quien tuve la suerte de conocer por nuestro común interés por el teatro, ha realizado un curioso “experimento en red social”, lanzando una pregunta por sus contactos de tuenti: “¿Cómo van tus sueños?”. El resultado, que podéis comprobar aquí, resulta curioso, y, por momentos, sorprendente. Personalmente, lo que más me llama la atención es que haya habido tan poca gente, según cuenta Miguel, que identifique el término “sueños” con el significado de “ilusiones” o “proyectos”. Quizá, ante una pregunta directa y personal, formulada a contactos a lo mejor no tan directos o personales, y cuya respuesta podría ponerse escabrosa o melancólica, el personal prefiere escurrir el bulto y salirse por la tangente.
Como yo no estoy en tuenti, no fui preguntado (no se si por fortuna), y no se me planteó la disyuntiva. Creo que hubiera contestado: casi siempre contesto los mensajes de Miguel. Pero no sé en que sentido. Lo cierto es que me hubiera hecho cavilar. Como estoy haciendo ahora. Y ya que estoy, llevado por mis cavilaciones, y aun a riesgo de ponerme “melancólico”, reviso mis “sueños”.
Si uno busca en Google “sueños” las primeras entradas se refieren a la interpretación de los sueños, en el sentido de la actividad cerebral desarrollada mientras se duerme. No es extraño, después de todo, buena parte de las respuestas recibidas en el experimento. Así que mejor acudo al diccionario. El Drae resulta tajante en su sexta acepción: “Cosa que carece de realidad o fundamento, y, en especial, proyecto, deseo, esperanza sin probabilidad de realizarse”. Joder. Pues que mal. Muchos de mis sueños no se han realizado, pero hubo probabilidad. Quiero pensar que aun la hay. Pero claro, esta definición es una entelequia imposible: si se cumplen es que entonces no eran sueños. Con lo que siempre van bien si no se cumplen, porque si se cumplen dejan de serlo. Acudo a María Moliner. Ella sí da un poco de cuartel en su quinta acepción: “Cosa en cuya realización se piensa con ilusión o deseo”. En fin, ilusión y deseo por realizarlo. Esto sí.
Podría decir que a estas alturas de mi vida (para muchos lectores -¿?- mi edad es un secreto de estado, aunque mirando por ahí es fácil de deducir) es el momento de hacer balance y todas esas cosas. Pero en realidad yo estoy siempre comiéndome el tarro y haciendo balance, así que este es tan buen momento como cualquier otro.
¿Cómo van mis sueños? Mi sueño más evidente para todo el que me conozca tiene que ver con el cine y el teatro. En realidad con contar historias y vivir e imaginar otras vidas. En los New Year’s Resolution de hace unos días no había nada de esto. Pero si surgiera la posibilidad, lo dejaría todo aparcado. Desde luego.
Hacer balance de mis cosillas de cine y teatro resulta… ¿melancólico? ¿el pudo haber sido y no fue?... No es plan enumerar. Simplemente creo que puedo decir que en algún momento llegué a jugar en la segunda división del mundo audiovisual, tuve alguna oportunidad de jugar “con los grandes” que no cuajó, y la ilusión y las posibilidades se las fue llevando el tiempo. Bruscamente en alguna ocasión. En teatro he jugado en casi todas las categorías, manteniéndome durante mucho tiempo, con interrupciones, en categorías juveniles.
Y también puedo decir, y que no suene a fantasmada, que sé de cine y teatro a todos los niveles (historia, técnica, música…) más que la mayoría de las referencias que encuentro por esas páginas, blogs y mundos de dios. Y que por eso abrí un blog donde contar cosillas de cine. Las 25 mejores. Pero con tanto blog, tanta gente escribiendo por ahí, aunque sea de forma menos precisa, da cierta pereza. Lucho contra ella, pero también aparece en mi contra la falta de sentido de todo este trabajo, y me dejo llevar por la desidia. En fin…
Otros sueños (¿proyectos? ¿Se pueden cumplir y seguir siendo sueños?) van mejor; otros sí que se cumplieron (¿Ya no son sueños?) Pero de eso escribiré otro día, que hoy ya llevamos bastante.
Para terminar solo se me ocurre una frase de cine, un tanto conciliadora:
Los viejos sueños eran buenos sueños. No se realizaron, pero me alegro de haberlos tenido. No se bien que significa, pero…
Robert Kincaid (Clint Eastwood)
Los puentes de Madison

2 comentarios:

smyluli dijo...

siempre se me ha tachado de 'excesivamente optimista' pero yo creo que estoy cumpliendo mis sueños :)

Javi dijo...

Genial. Hay que hacer lo posible por cumplir los sueños, los proyectos o lo que sea que nos haga latir un poco más acelerado el pulso.

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