Mi existencia reflejada en los espejos cóncavos del Callejón del Gato

lunes, 10 de mayo de 2010

Cumpleaños (y II)

Por ejemplo:
Independientemente de lo criticable que pueda ser mi estilo cuando me disparo, sé que si tengo cuidadito escribo de manera aseada, y a veces hasta con personalidad. He escrito algún relato, alguna obra de teatro… estudios, trabajos, trabajos de investigación… podría escribir, y me apetece, pero… enseguida pienso que no voy a ser lo suficientemente bueno, no voy a saber qué hacer con lo que escriba, y me rindo antes de empezar.
Yo siempre he disfrutado viendo cine. Es en realidad una parte fundamental de mi educación sentimental, musical, literaria… pero llegado a un punto en mi vida lo veía también con la idea de aprender para luego plasmarlo. Aprender la técnica, la historia… me encanta contar historias, combinar los recursos cinematográficos… y sé de historia y técnica del cine más de lo que yo mismo me creo, y lo compruebo cada vez que leo las llamadas publicaciones especializadas (revistas, blogs, prensa) Ahora que sé que no voy a hacer nada en el mundo cinematográfico profesional… podría escribir sobre cine… hay gente que vive de eso ¿por qué no yo? En lugar de cargarme de hastío soportando la desidia y la mala educación de mis alumnos, podría escribir sobre cine… pero ojeo la inacabable cantidad de blogs sobre cine que hay en la web y me echo para atrás, me asalta la pereza justificativa… ¿merece la pena haber aprendido tanto de cine, si no voy a plasmar mis conocimientos en nada?; ¿merece la pena intentar plasmar esos conocimientos si no se qué hacer en realidad?
¿merece la pena escribir si no lo lee nadie?
En fin, voy a hacer una lista de cosas pendientes para esta tarde, o para esta semana, a ver si así ocupo mis cuitas, y de paso, saco la ropa de verano.

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