Mi existencia reflejada en los espejos cóncavos del Callejón del Gato

lunes, 10 de mayo de 2010

Cumpleaños (¿I?)

Yo examino constantemente mi vida, mi entorno y el sentido metafísico de todo. Constantemente. Todo el día comiéndose el tarro. Pero cuando se acerca mi aniversario, involuntariamente, lo hago mucho más. Tiendo a hacer inventario. Y tiendo a deprimirme con el resultado. No sé si justificadamente o no.
A lo mejor tiendo a pedir demasiado a las cosas, o me impongo “obligaciones” que en realidad no lo deberían ser o no me llevan a ningún lado. Cuando no las hago, siento que pierdo la tarde, pero a veces pierdo las tardes sin hacer nada, y no se me ocurre afrontar ninguna de esas autoobligaciones. Total, ¿para qué?... Pero luego me digo que he perdido la tarde sin hacer nada.
Y hay cosas que podría intentar hacer para cambiar un poco la orientación profesional de mi vida, intentar cosas. Inmediatamente después pienso que no lo voy a conseguir y que de nada servirán los esfuerzos que haga.
Y la sensación que tengo desde hace tiempo es que llevo toda la vida estudiando, preparándome, y que no llego, que no he llegado a ninguna parte, no soy “experto” en nada, aun siendo consciente de que sé cosas. Sigo teniendo una especie de espíritu de aprendiz, que me paraliza ante el desafío de decir “aquí estoy yo, y soy muy bueno en esto, porque lo sé, sé que lo sé, y lo he estudiando”, sino que enseguida me pongo a la defensiva, y pienso que tengo que escuchar, y que el de más allá sabe más que yo, vale más que yo…

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