Cuando
estuve estudiando inglés en Irlanda durante un mes, allá por el pleistoceno
superior, esa era la frase que cada domingo solía repetir mi familia de
acogida. Teniendo en cuenta que era verano, lucía el sol y no hacía demasiado
frío, para los irlandeses era el tiempo perfecto. Y era perfectamente comprensible
que fuera “lazy”: levantarse temprano, pasear, saludar a vecinos, ir a la misa
matinal (Irlanda es muy católica) y saludar a todos los parroquianos y al cura…
algún arreglo en casa, comida tranquilita, paseo vespertino…
Hoy
hace aquí un domingo muy parecido a aquellos. Y además se dan circunstancias
que me transmiten esa sensación. Me he tirado unos días o atareado, o con
prisas por hacer cosas, aunque no fueran de trabajo. Y hoy, después de pasar
ayer un magnifico día en el campo, me siento como liberado, y se me ofrece por
delante un día tranquilito. He decidido dar un paseo largo con Lola y Dana. A mi
me encanta salir temprano los domingos. Te da cierta sensación de clandestinidad:
no se oyen coches, no te cruzas con casi nadie por la calle, solo algún vecino que
van con prisas a comprar el pan para el desayuno, o los churros. En la Avenida
de Finlandia están preparando los puestos para el mercadillo. A mediodía estarán
abarrotados, lo mismo que las terrazas de los bares y quioscos, y habrá un montón
de niños corriendo y jugando por los columpios. Ahora no. Las personas que están
montando los puestos te saludan contentas.
Cuando
llego al descampado del final, los alrededores del solar enorme donde Zoido va
a construir un centro deportivo con una pista de esquí artificial (eso pone
para este barrio su programa de alcalde) nos encontramos con Fresa, otra galga.
Fresa es muy asustadiza, y su dueña rara vez la deja suelta. Pero hace unos
meses han acogido a un pequeño macho mestizo, que ha ayudado a socializar a
Fresa. Y hoy la ha soltado y ella y Dana han estado corriendo como locas al sol
de la mañana por las zonas verdes de detrás del Fremap. Lo han pasado genial.
A
la vuelta, después de un buen paseo, resulta que Zoido está por aquí, inaugurando
el nuevo nombre de una rotonda (ahora glorieta) abierta al tráfico desde 2005. Justo
delante del solar donde se tiene que construir el centro deportivo.
Los
domingos como hoy, con sol, son días tranquilos, de terracitas, mercadillos y
paseos. Pero para que es tranquilidad sea posible, hay otras personas para los
que los domingos son día de trabajo fuerte. Su esfuerzo es necesario para ese beneficio
de otros. En mi barrio el alcalde no es una de estas personas.
Me voy a pasear con Ringo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario