Mi existencia reflejada en los espejos cóncavos del Callejón del Gato

jueves, 17 de enero de 2008

Capitulo cuarto

El sábado pasado, aprovechando que la infantería descansaba a buen recaudo, fuimos de rebajas y una dependienta me dio una fantástica idea para el título del montaje, al indicarme alguna cosa sobre probadores.
Independientemente de que lo use al final o no, eso me hace sentir que ya pienso en teatro.

Ya me he decidido por las obras. De momento trabajaremos seis. Me queda una para traducir, la que creo que será la última.

Esta tarde será la primera lectura como espectáculo estructurado. Nos hemos estado reuniendo antes, pero fue para ver el tipo de obras que íbamos a trabajar; fue para contrastar material y cambiar impresiones; fue para ganar algo más en confianza entre los miembros de la Compañía. Esto último no sé se es fundamental, pero siempre resulta más agradable, y en cualquier caso, a mi sí que me parece bien.
Hoy tendremos que hacer reparto de papeles y ver que le parece a la Compañía. Pero esta tarde ya empezamos -por fin- a rodar, y aunque me queda una traducción y mucho trabajo de mesa (sobre todo con la llamada "Para siempre") me siento un poco mas despejado. Y muy contento. Ya empezamos a leer, a ensayar. Va a quedar un montaje muy bueno, muy interesante, con dosis de tristeza y ternura, pero con mucho humor, que dejará un buen sabor de boca.

Vamos a ver que tal queda la primera reunión con material.

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